Hacía varios meses que no me había escrito Rodrigo Palacio. Si por algún motivo no saben quién es, pues bueno, tratare de introducirlos a uno de mis ídolos del futbol mundial. Suena raro, que un ídolo, no sea tan reconocido, pero así soy yo, veo especial lo que los de mas no ven.
Y es que tras tantos fracasos y ver ese futbol tan pobre de Colombia, en el año 2006 comenzó un “un amor platónico” por el Club Atlético Boca Juniors, de Argentina. Y digo “amor platónico” porque no he ido a Argentina, no conozco el Estadio “La bombonera”, y a duras penas lo he visto jugar en vivo y en directo y fue en el estadio Pascual Guerrero, en un partido entre Boca Juniors y el Deportivo Cali( que en ese entonces, hablo del año 2001, clasificaba a torneos continentales) que lo gano el Cali, claro está, el equipo “Xeneize” vino con la suplencia.
Rodrigo Palacio, apareció en el 2005 en Boca, venia de Banfield y Huracán de Tres Arroyos, y anteriormente había debutado en el Club Bellavista tres años antes. Su juego en Boca fue exquisito, y es que este delantero marco muchos goles y fue gran dupla junto a Martin Palermo. Con Boca, gano Copa Libertadores, Copa Suramericana, Recopa Suramericana y torneo local. Ahora, juega en Genoa, Italia, y aunque ya no tiene casi protagonismo en Suramérica, dado a su locación, para todos es una figura, pues él fue quien puso de moda en latino América, el “corte de pelo de la trencita”.
Logre contactarlo por un golpe de suerte, creo yo, lo busque por Facebook y tras dar con farsantes finalmente di con él. Muchos amigos se me ríen, diciendo que él no es, que obvio responde algún “manager”, que él es una farsa, en fin. Yo, por mi parte, estoy segurísimo que es , las fotos que tiene son de su familia, es decir, muy personales, sus contactos son bastantes, pero siempre trata de estar bastante distante. Sin embargo, yo hablo con el gracias a Pamela Uribe, una gran amiga de él de Bahía Blanca-la provincia que lo vio crecer-, pues una vez, sin yo estar buscándolo, ella me agrego y desde ahí, ha sido mi puente en cuanto la comunicación con mi gran ídolo, que solía llevar la numero “14” en Boca Juniors, y que hasta el sol de hoy, me sigue haciendo soñar con que juego con él y marco un gol en la Bombonera, “que no tiembla, sino que late”, porque dicen que en la cancha se sienten las palpitaciones de cada hincha en la tribuna.
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